PAROXISMO DE REFLEXIONES TEMPORADA 1.- TEMA 9.- PERFECCIÓN

 

9.- PERFECCIÓN

MOMENTO 1: ¿PUEDE EL HOMBRE SER PERFECTO?

Como cristianos, también somos llamados idealistas, por cuanto gran parte de nuestra fe se mueve en un plano meramente intangible, conteniendo así una serie subsecuente de ideas. Es necesario comparecer ante el hecho de que las ideas en sí, la teoría como tal, es meramente metafísica, y sin embargo debe de repercutir en la práctica. Ahora bien, dentro de este cumulo de ideas, nos encontramos con una en particular, la cual, de acuerdo a la enseñanza bíblica, debe ser el producto de nuestro desarrollo y crecimiento cristiano, esto es, la perfección (Mateo 5:48). Pero cabe recalcar que esta idea conlleva muchas consecuencias y, ciertamente, muchos desvaríos. ¿Realmente el hombre puede ser perfecto?, ¿Cuáles son los parámetros que podemos utilizar para concebir la perfección?, ¿la perfección actúa de forma absoluta o es meramente relativa a los casos?

Si bien, podemos decir que la perfección es una mera idea en las posibilidades humanas, hemos de reconocer que es una idea muy arraigada al ser humano, más allá de su mero razonamiento y, aunque abstracta, la idea resulta interesante. Cuando C. S. Lewis habla sobre la perfección moral el menciona: “… la perfección moral es un ideal, en el sentido de que no podemos alcanzarla. En ese sentido cualquier clase de perfección es, para nosotros los humanos, un ideal: no podemos conseguir ser perfectos conductores de automóviles, ni perfectos jugadores de tenis, o dibujar perfectas líneas rectas… Puede que el comportamiento perfecto sea tan difícil de alcanzar como el perfecto cambio de marchas cuando conducimos un automóvil, pero es un ideal necesario que se le recomienda a todos los hombres por la naturaleza misma de la maquina humana, del mismo modo que el cambio de marchas perfecto es un ideal recomendado a todos los conductores por la naturaleza misma de los coches. (C. S. Lewis, Mero Cristianismo, 1952)” Por lo tanto, en tanto ámbito humano, la perfección, si bien puede ser encasillada dentro de un “idealismo”, es uno muy razonable.

MOMENTO 2: ¿QUÉ ES LA PERFECCIÓN?

El termino perfección, contrario a lo que la mayor parte de las personas piensan, no está únicamente enfocado a la falta de errores o defectos, aunque en uno de los puntos que toca está ese. En realidad, en su etimología también se enfoca en llegar a un punto de madurez, de plenitud (Efesios 4:13), en el que se sabe con certeza lo que se debe de hacer en una determinada situación y, sobre todo, en el que se aprende cada vez que encontramos una nueva “imperfección”. Si bien es un ideal, la promesa es que seremos transformados en perfección a la postre, cuando interactuemos directamente con la perfección en persona; pero mientras tanto, se vive en un constante proceso por recuperar la perfección perdida.

Esto nos impulsa a entender que la expresión moral de nuestras vidas no debe de estar regida por una presión constante de “querer ser perfectos porque el Creador lo desea”, sino porque es la búsqueda inherente de nuestro propio ser, porque “así es el perfecto funcionamiento de la maquina humana” (Filipenses 3:15).

Aportación:

El significado del término perfecto en hebreo, generalmente usando la palabra tâm o tâmîm, significa: «completo», «correcto», «pacífico», «sano», «saludable», «perfecto»; y en griego  generalmente se usa el término téleios, que a su vez significa: «completo», «maduro», «perfecto», «completamente crecido», «plenamente desarrollado», «que alcanzó su propósito»; para «perfección». También se usan los términos shâlem en hebreo, y en griego teleióts). En el AT, también significa algo completo, íntegro y sincero, pero siempre en sentido relativo cuando se aplica al hombre. Una persona con «corazón perfecto» era quien estaba completamente dedicada a Jehová (1 R. 8:61; 1 Cr. 12:38; Is. 38:3). Así, Job fue llamado «perfecto» (Job 1:1, 8), a pesar de las debilidades que reveló más tarde ante la adversidad (40:2-5; 42:2-6), mostrando que su perfección era relativa y no absoluta.

Leer más: http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/perfecto/

 

MOMENTO 3: YO OS ELEGÍ A VOSOTROS

Así como el proceso de obediencia, el proceso de perfeccionamiento es, en realidad, parte de la obra total de Dios en nuestras vidas. Nuestro papel en la obra de Dios es, realmente, no estorbar. No tenemos que ayudarle a Dios a realizar Su obra en nosotros, nada de lo que hagamos beneficiará a esto, y por lo regular solo lo estropeará. Se trata, más que de una mentalización, de morir a nuestras posibilidades y permitir que Él actué sobre nosotros.

En algún punto Jesús les dijo a sus discípulos que ellos no lo habían elegido, sino que Él los había elegido a ellos (Juan 15: 16). Cuando uno elige algo, ya sea un producto para una determinada función, o a una persona para una tarea específica, lo hacemos con la certeza de que cumplirá eficazmente con lo asignado. También tenemos la siguiente expresión: “En el mundo tendréis aflicción, pero tranquilos porque yo he vencido al mundo” (Juan 16:13).

 

MOMENTO 4: SER COMO JESÚS

Nuestro parámetro, nuestra unidad de medida para la perfección es, en última instancia, Jesús (Filipenses 2:5). Gran parte de sus actos, de sus actitudes, de la forma en que se dirigía, son una referencia directa a las características de la perfección. De acuerdo al cristianismo, a más de sus enseñanzas, sus obras fueron y son la luminaria de nuestros pasos. Aquí tenemos un parámetro más específico, no solamente una abstracción de estados (Hechos 1:1). El ejemplo del Cristo en la tierra, junto con el ejemplo y los errores de todos los “santos” son una luminaria para poder conducirnos diariamente en nuestras vidas.

Pero ser como Jesús no solamente significa imitar al Cristo (1 Corintios 11:1). En el Cristianismo, aunque conlleva practicar la vida cristiana, nuestro desarrollo espiritual implica permitir que Él crezca y, como mencionó Juan el bautista, para que esto suceda es necesario que nosotros mengüemos, que aprendamos a morir diariamente a nosotros mismos (Juan 3:30, Gálatas 2:20). Esto puede, y debe explicarse teóricamente, pero jamás podrá ser entendido, hasta que esto sea llevado a la práctica.

 

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