PAROXISMO DE REFLEXIONES 1ERA TEMPORADA: TEMA11.- LA VOLUNTAD DE DIOS

MOMENTO 1: EL CORAZÓN DE DIOS

Cuando hablamos de la voluntad de Dios, rápidamente podríamos caer en el error de pensar que puede ser parecida a la soberanía de un tirano o de un sujeto que encuentra placer en el control que tiene sobre los demás, y esto es sin duda lo que pensaba Mijaíl Bakunin cuando escribió “Dios y el estado”. Pero cuando hablamos de la voluntad de Dios nos estamos refiriendo ante todo al sumun bonum, al bien supremo, y por lo tanto su deseo es eso, que podamos alcanzar el bien supremo, el cual en última instancia es Él mismo. En cuanto al término bien, lo más importante es no ser ambiguos y confundir bien con simple comodidad. Como menciona C. S. Lewis: La idea cristiana del amor divino no significa que Dios se ocupe de nuestro bienestar con indiferencia o desinterés, sino que somos objetos de su amor” (C. S. Lewis, El problema del dolor, 1940).  Dios no nos ha llamado a “divertirnos en la tierra”, sino a un propósito muchísimo más glorioso, y por lo tanto a un proceso más difícil que simplemente venir a entretenernos.

Si definimos el término voluntad, nos estamos refiriendo a una autoconsciencia y por lo tanto a actos libres. Pero a más de esto, el termino voluntad está encaminado al corazón y por lo tanto a la fuente de deseo (la palabra corazón en hebreo es leb). Todo lo que Dios hace o permite (tomemos en cuenta que no es un ser endeble y limitado al espacio tiempo) está al final, dentro de su corazón. Cuando le decimos a dios que queremos hacer su voluntad, lo que deseamos (o pretendemos desear) es ser parte del cumplimiento del deseo divino, contentar el corazón de Dios.

MOMENTO 2: EL BENEPLÁCITO

Cuando el libro de Apocalipsis (Apocalipsis 4:11) dice que Dios hizo todas las cosas por su voluntad, este término o palabra significa esencialmente beneplácito y complacencia (Hebreo: ra-tsóhn, griego: eudokí). Cuando Dios creó todas las cosas, esto significa que lo disfrutó, que se complació a Sí mismo ejerciendo Su poder creativo. Más adelante, cuando en el cristianismo Dios pide que sea cumplida Su voluntad, lo que se nos quiere decir es que nos dirijamos armoniosamente de acuerdo a Su deseo para con nosotros (Romanos 12:2, Efesios 6:6). Esto no debe ser visto como la complacencia de un capataz al ver que sus esclavos están realizando un trabajo eficaz (Dios no necesita de nosotros), y mucho menos pensar en que Él se complace con nuestros sufrimientos, sino más bien como un padre que contempla el crecimiento de su hijo, el cual le alegra el corazón al aprender a caminar, al ganar el primer lugar en excelencia académica, y demás ejemplos de esta índole.

Dios recibe un tipo de complacencia que no necesita, y que, al menos no en el sentido despectivo o de ocio, no le causa mera diversión (Proverbios 8:31). Lo que el encuentra es, sencillamente una deuda consigo mismo la cual debe ser pagada. Tal vez esto nos suene extraño, pero analicemos por un momento al ser humano y descubriremos que, en sus capacidades finitas, el hombre se encuentra ante un placer que debe ser cumplido, ante una deuda que debe de saldar con su propia esencia. Un individuo sensible con su entorno salda su deuda consigo mismo al crear arte, al expresar de diferentes formas su satisfacción. Alguien que sea muy deportivo salda su deuda consigo mismo al practicar disciplinas físicas. Y en muchas ocasiones esto no se hace por necesidad, o por obligación, sino por mero placer, un placer que no puede reducirse simplemente al ocio, sino que trasciende para obedecer la esencia del individuo en particular.

MOMENTO 3: VOLUNTAD EN GENERAL

La biblia dice que Dios tiene una voluntad para cada uno de nosotros, pero, si nos fijamos la misma biblia nos dice que el trata con el ser humano tanto de forma individual como en comunidad. Por lo tanto, sepas tú, individuo, que dios tiene un propósito diferente del prójimo que tienes al lado, pero también compartes un propósito general con el mismo prójimo. Por lo tanto la biblia menciona varios ejemplos de “la voluntad general de dios” de los cuales enunciaremos algunos:

  • Dad gracias a Dios en todo (1 Tesalonicenses 5:18).
  • Que nadie se pierda (2 Pedro 3:9).
  • Hacer el bien (1 Pedro 2:15)
  • Que seamos santos (1 Tesalonicenses 4:3)

 

MOMENTO 4: VOLUNTAD EN ESPECÍFICO

Finalmente debemos comprender como seres humanos, de forma individual, que cuando dios da a conocer su voluntad al hombre, lo que está haciendo es dar a conocer su corazón, su yo íntimo. Por lo tanto él no da a conocer su voluntad a todo el mundo, pero si es que tú deseas que te revele su voluntad para tu vida en específico, debes de atenerte a lo que eso conlleva. La voluntad de dios para nuestras vidas es sencillamente la concordia con el propósito original de que nosotros hayamos sido creados. Podemos rebelarnos contra tal propósito, pero eso significa básicamente renunciar a nuestro propósito original. Esto no suena tan grave, hasta que descubrimos que una cafetera no sirve para planchar, o que la pintura no funciona para quitar la sed, o que el alma humana no fue creada para extraviarse en los placeres carnales de este mundo. (1 Pedro 3:17, 4:2,19, 1 Juan 2:17 ).

 

“Todo lo que eres, salvo el pecado, está destinado a alcanzar completamente satisfacción si dejas que se cumpla plenamente la voluntad de Dios.”

  1. S. Lewis

El problema del dolor

Erick Gamaliel Hernández Aguirre

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