Devocional del 23-04-2016

Pastor Oscar Sanchez: ¡Buen día hermanos!

Hoy veremos:
LA SANGRE DE CRISTO RECONCILIA AL JUDIO Y AL GENTIL.

La Sangre reconciliadora de Cristo rompió la terrible barrera de enemistad que existía entre Judios y Gentiles.

EFESIOS 2:
11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

La barrera entre judío y el gentil fue más allá de las diferencias étnicas en el ámbito natural. Había una obstrucción espiritual, una elevada defensa y una línea fortificada de separación que producía separación entre los dos adversarios, evitando que experimentaran unidad de armonía.

Nunca existió una más grande barrera racial que la habida entre judíos y gentiles.

En un lado de la balanza los gentiles eran extranjeros en la comunidad de Israel; en lo referente al Pacto de la promesa de Dios y Su Torá, eran paganos ignorantes.

Debido a que estaban completamente alejados de Dios, los paganos Gentiles imaginaban que los judíos eran miembros de un culto tonto, extraño e inútil.

Los judíos eran conocedores del Pacto de la promesa de Dios y de Su Santa Torá.

Ellos fueron traídos a la cercanía de Dios a través de observancia de los tipos y semejanzas del sacrificio de Cristo.

En lugar de permitir que todos lo que sabían y habían experimentado obrará en ellos verdadera humildad en sus corazones, los judíos se volvieron arrogantes espiritualmente, y orgullosamente imaginaron que los paganos gentiles eran perros inútiles.

El orgullo hace que tengamos divisiones raciales, pero gracias a Dios por La Sangre reconciliadora de Cristo que nos hace entender que en El no hay excepción de personas.

Dios les siga bendiciendo en sus labores en este día.
(Dios y La Sangre pag 212, 213 y 214a Rev. B. R. Hicks)

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