Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuere manifestado:
1 PEDRO 1:7
La esperanza que se alarga, se retrasa, se prolonga y se extiende, hace que el corazón se enferme, a menos que la confianza sea establecida completamente en el Señor Dios, el Creador y la voluntad esté en completa sujeción a la soberanía de Cristo.
Dios permite que nuestras esperanzas sean prolongadas y que nuestros corazones enfermen, para que a su debido tiempo, Él Señor Jesucristo pueda sanarnos y traernos al Árbol de Vida (Jesús) y por medio de eso, demos honor y gloria a Su Nombre.
Bendecido día