Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie (Comodidad y regalo moralmente excesivos en la manera de vivir.), mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría:
COLOSENSES 3:5
Los afectos desordenados contemporizan con el pecado, el diablo y con nuestra voluntad humana; son un enemigo de Dios y de Su amor.
Cuando empezamos a seguir a Dios, tenemos que poner a Jesús en primer lugar y a todo ser humano en segundo lugar.
Los afectos desordenados nos harán sentir lástima por el sufrimiento de otro, aun por encima de la Voluntad de Dios.
Gracias a Dios cuando nuestros afectos se ven rechazados porque esto nos brinda una oportunidad para extender manos hacia Él y decir: «Señor, te doy gracias. Tú eres quien me hizo esto, no fueron ellos, Tú lo hiciste porque estaba extendiendo mi mano equivocadamente.
Perdóname Señor, voy a extender mi mano hacia Ti, llénala con Tú amor, Tu poder y Tu consolación.
Que el Señor Jesucristo le bendiga.