PAN DIARIO

Filipenses 4:4-9
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios

«Tengo mucho miedo». Esta fue la nota conmovedora que una adolescente publicó en Facebook después de comunicarles a sus amigos que se realizaría unos exámenes médicos. La hospitalizarían y le harían una serie de estudios en una ciudad a tres horas de distancia de su casa, y, ansiosa, esperaba que los doctores descubrieran la causa de algunos problemas serios que tenía.
¿Quién, en la juventud o después, no ha sentido temores similares frente a sucesos indeseables y temibles? ¿Dónde podemos buscar ayuda? ¿Qué consuelo podemos encontrar en la Escritura que nos anime en esta clase de situaciones?
La realidad de que Dios nos acompaña en las pruebas puede ayudarnos a esperar. Isaías 41:13 declara: «Porque yo el Señor soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo».
Además, Dios ofrece una paz indescriptible y que protege nuestro corazón cuando le presentamos nuestras dificultades en oración (Filipenses 4:6-7).
A través de la presencia incondicional de Dios y de su paz «que sobrepasa todo entendimiento» (v. 7), podemos encontrar la esperanza y la ayuda que necesitamos para sobrellevar situaciones que nos producen temor.
Padre, gracias porque puedo apoyarme en tus brazos y encontrar ayuda cuando tengo miedo.
Dios está con nosotros en todas nuestras luchas.

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
APOCALIPSIS 16:15

Si estamos desnudos de los sentimientos de esperanza, expectación y vigilancia, nos veremos vestidos con ropas de codicia de la carne, la codicia de los ojos y el orgullo de la vida.

Así como los creyentes que pierdan el rapto (la venida de Cristo por su iglesia)se verán cubiertos de vergüenza al descubrir que no han sido incluidos en el cortejo nupcial, algunos creyentes quedarán avergonzados al fin de la tribulación porque también habrán fallado al no guardar sus vestiduras.

Seamos cuidadosos con nuestra vestidura, mantenerla libre de daño, y vigilar por que son formas de la naturaleza de Jesucristo con las que tenemos que ser vestidos.

Dios bendiga su vida y su familia.

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