Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisiereis.
Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,
Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes a éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
GALATAS 5:
Nótese que la desvergüenza (disolución) procede de nuestro orgullo de satisfacción.
Debido al placer y gratificación de que disfruta el orgullo de satisfacción, no nos gusta restringir nuestras emociones, apetitos, actitudes y conducta.
No estamos dispuestos a entregar nuestro orgullo de satisfacción y sufrir la muerte a los placeres de la carne que dan origen a nuestros problemas.
¡Cuánto necesitamos orar!
«Señor Jesucristo, quiero ser restringido y ponerme bajo el control de Tu Voluntad».
Dios le bendiga.