1. Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2. Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?
3. He aquí era el Asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, hombros o con sus ramos, y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.
4. Las aguas lo hicieron crecer, encumbrólo el abismo: sus ríos iban alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes.
5. Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y multiplicaronse sus ramos, y a causa de las muchas aguas se alargaron sus ramas que había echado.
EZEQUIEL 31:
Si Dios hubiera permitido que Israel siguiera en su camino voluntarioso, se hubiera apagado toda su vida espiritual antes de que fuera tiempo y El Salvador naciera en el mundo.
Fue entonces cuando la voluntad redentora de Dios exaltó a la nación Asiria para ejercer su poder sobre Israel.
El propósito redentor de Dios en la exaltación de Asiria y la humillación de Israel, fue la preservación de la vida espiritual de Su pueblo.
Él hizo que Israel regresara al sitio humilde, al sitio profundo, a fin de darle la vida y la estatura de Su Hijo dándole la oportunidad para crecer.