Devocional del 03-05-2016

Pastor Oscar Sanchez: Buen día!

Hoy continuamos con la tercera cosa terrena que trata de quebrantar la unidad y armonía del hombre con Dios.

EL DIABLO.

Cuando el Señor Jesús puso Su talón crucificado sobre la cabeza de la simiente de la serpiente como fue profetizado, conquistó y desarmó el poder del Diablo.

A través de Su corona de espinas y de la Sangre que manaba de Sus preciosas heridas, Cristo desmanteló, inutilizó, y destruyo el poder del Diablo, clavándolo a la Cruz y exhibiéndolo abiertamente triunfando sobre el y conquistándolo.

La Sangre de Cristo nos redime de la maldiciòn de la ley, y nos libra del poder del Diablo.

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, el diablo.
HEBREOS 1:14

Aunque Cristo era el divino Hijo de Dios desde la eternidad, El se humillo a Sí Mismo y tomó la naturaleza humana en forma de cuerpo y alma «NEFESH».

Jesús no tomo la naturaleza de los ángeles para redimir al hombre caído, Cristo tomó la naturaleza más elevada, como el Hijo divino de Dios, y la unió a la naturaleza más baja, la del hombre.

Jesús sufrió de lo más alto a lo más bajo, de modo que por Su Sangre redentora El pudo levantar al hombre desde lo más bajo hasta lo más alto.

Antes de que Cristo muriera, el Diablo tenía las llaves de la muerte y del infierno, pero el resucitado SEÑOR Jesucristo se levantó de la muerte y del infierno con las llaves que el Diablo había robado.

Por lo tanto, el hombre arrepentido no necesita tener miedo de la muerte o del Diablo.

La Sangre redentora de Cristo ha liberado al creyente del pecado, de la muerte y del Diablo.

Gracias a Dios por la Sangre redentora de nuestro Señor Jesucristo.

Dios les siga bendiciendo y los guarde ?
(Dios y la Sangre pag 225b, 226 y 227a Rev. B. R. Hicks)

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