CINE SIN ETIQUETAS

CINE SIN ETIQUETAS
Yoe Suarez

Axel Arzola contaba entre los mas destacados jóvenes realizadores cristianos en Cuba. Incursionaba con éxito en el mundo del audiovisual a través de la creación de videos clips, documentales y cortos de ficción. Durante la 11na. Muestra Joven ICAIC mereció dos premios de los jurados colaterales y en años anteriores había conquistado una mención durante el Festival Cubanacán de la Federación Nacional de Cineclubes, en la categoría de video clip.
Su trabajo en general alcanzó gran aceptación y reconocimiento, por lo que fue presentado en eventos importantes dentro y fuera del país como el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y otros certámenes en Francia y Canadá.

En 2010 fundó la productora DAR media de la Liga Evangélica de Cuba desde donde produjo, editó y dirigió toda clase de audiovisuales.

Junto a la también realizadora Milena Almira organizó en 2011 el taller de creación KINOCUBA, donde se reunieron algunos de los más destacados jóvenes creadores cubanos.

De todo eso no queda ni el sueño. Su carrera en la isla tomaba velocidad justo cuando pasa a vivir en los Estados Unidos para alcanzar otras metas en el mundo del cine. Actualmente cursa estudios de comunicación audiovisual gracias a una beca en la LEE University, de Cleveland.

Hoy Axel conversa con nosotros sobre los avatares y derroteros del cine hecho por cristianos en la isla. Lo hace desde la perspectiva de un joven creador que ha tenido la oportunidad de integrarse al circuito de competiciones seculares dentro y fuera de Cuba; y que a su vez ha vivido a plenitud el significado de hacer las cosas para Dios.

Primero que todo: ¿podemos hablar de un «cine cristiano cubano»?

Primero que todo deberíamos hablar de cine. La etiqueta «cristiano» no me gusta para nada cuando se utiliza junto a la palabra «cine». Pero a veces el uso común ha legitimado el término al punto de que se puede hablar de «cine cristiano en Cuba» sin ninguna restricción. Qué le vamos a hacer.

La respuesta sería: sí, existe en nuestro país cine cristiano, pero no buen cine.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta un cristiano que hace cine en Cuba?

Depende de la experiencia personal del realizador. En mi caso crecí en la Iglesia y eso me limitó muchísimo en lo relacionado a «exponerme» al arte. Pero también me sirvió para tener un buen fundamento en la fe.

Creo que será muy difícil hacer buen cine dentro del marco de las iglesias, porque deberá responder a intereses institucionales y estará, en no pocos casos, señalado por pre-concepciones de lo que se debe hacer o no. Debido a muchas incomprensiones no siempre existen las mejores relaciones entre los artistas y la iglesia. Eso es algo que debe cambiar si esperamos ver buen cine, con mensajes positivos de parte de Dios.

¿Qué se estila hacer más: ficción o documental? ¿Por qué?

Documental; simplemente porque es más fácil.

¿Qué le falta y qué le sobra a nuestras producciones?

Guión, presupuesto y actores no son los mejores.

Le sobran ganas a muchas personas, pero la mayoría no está lista para llevar a cabo producciones de alto calibre. No se puede ser cineasta solo haciendo vídeos para una iglesia, se debe ir mas allá, salir de lo conocido.
Se necesita experiencia real, comunicación con el resto de la industria para comenzar a producir.

En cuanto a la distribución de nuestros filmes, ¿dónde se traba el paraguas?

Si no puedes entrar en festivales y mercados de cine, si no puedes ganar premios, si no puedes llegar a la televisión al menos, entonces te ves obligado casi siempre a empezar de cero… y mejorar.
Creo que el problema es darle la espalda a los medios establecidos, pensando que rechazarán nuestro mensaje (aún cuando he vivido lo opuesto varias veces).
Gane festivales y entonces los distribuidores vendrán a comprar su película. Lo que hay que hacer es buen cine y punto.

Sobre la profesionalización de los productores, directores, guionistas, ¿qué me puedes decir?

Creo que una nueva ola de jóvenes se está preparando para hacerse de buenas posiciones y nombres en la industria. Por mucho tiempo se ha deseado tener una presencia cristiana en los medios, pero es imposible si no hay cristianos «dentro» de los medios. La falta de exposición de nuestro trabajo ha sido decisiva en este sentido.

A medida que pase el tiempo y se comparta el evangelio dentro de la industria, comenzaremos a tener más profesionales. Es más fácil que un actor, escritor o editor, entregue su vida a Cristo y comience a producir materiales de calidad, que tratar de convertir a un pastor en cineasta por muy buenas que sean sus ideas.

Esto no es un problema solamente en la Isla. En los Estados Unidos el cine cristiano sufre de muy mala reputación dentro y fuera de la Iglesia. Creo que la solución sería conquistar el mundo profesional y dejar que nuestras vidas hablen más que nuestros filmes. Al final del día, estoy seguro de que nuestras historias traerán esperanza aún sin mencionar explícitamente una fe.

¿Qué importancia le atribuyes a la inserción de los materiales en circuitos nacionales; o sea, que nuestros productos salgan de las cuatro paredes de la Iglesia?

Mucha. Sin eso creo que estaríamos «fritos» (como diríamos en buen cubano).

¿Cómo ves el futuro del cine hecho por cristianos en Cuba?

Tengo muchas expectativas a cerca de lo que puede pasar en un futuro cercano. Y me incluyo dentro de ese futuro, porque buscaré la manera de filmar en Cuba y ser parte de lo que está por venir.

Lo que me encanta de la pregunta es que dice «futuro del cine hecho por…» y no «futuro del cine cristiano…». Eso es lo que me gustaría ver en los años venideros, porque no conozco de «carpintería cristiana», «herrería cristiana» o de un chef con «platos cristianos». Creo que debería ser igual con el cine. Sin etiquetas todo irá mejor.

TEXTO PUBLICADO ORIGIINALMENTE EN EL LIBRO PASAJES DE LA LUZ, REEDITADO EN 2016 POR EDICIONES IBLEC

Yoe Suarez

Publicado en +RADIOcomunica -RC-.