Vivimos en una cultura llena de información, de comunicaciones y alcances tecnológicos, podemos conocer ciencia e incluso dominar muchos idiomas. Podemos tenerlo “todo”; una familia estable, una buena economía, popularidad en las redes sociales o en el mundo de los negocios.
No importa lo que puedas tener. TODO hombre necesita conocer a Dios. ¿Por qué?
Hay una eternidad
Eclesiastés 3:11 “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto ETERNIDAD en el corazón de ellos (…)”
La Biblia nos enseña que ABSOLUTAMENTE todas las personas tienen una eternidad. ¿Por qué? -Todos moriremos y todos seremos juzgados: “Todos nosotros moriremos una sola vez, y después vendrá el juicio”. Hebreos 9:27 (TLA)-
Sabiendo esto, veamos los dos lugares a los que podemos ir:
EL INFIERNO Muchos hablan de que este lugar no es real, piensan que hay un lugar intermedio o “purgatorio” por ejemplo, pero no infierno… en el Nuevo Testamento la palabra “fuego e infierno” se menciona 31 veces, y de esas; Jesús lo hizo en 21 ocasiones. Jesús advertía constantemente a la gente de los peligros de ser lanzados ahí en el gran día*. (Sn. Mateo 10:28; 5:22; etc)
En Lucas 16:22-33 vemos que Jesús enseñó por medio de Lázaro y el hombre rico, lo que se vivirá en ese lugar: fuego y tormento eterno, sed insaciable, lloro y crujir de dientes (Sn. Mateo 13:41-42; Sn. Lucas 13:28) sin misericordia del Padre, y lo peor sin su presencia que nos sustente.
Sin embargo, hay otro lugar:
EL CIELO En San Juan 14:2-4. Visualizamos que Jesús antes de morir, da ánimo y esperanza haciéndonos saber que Él prepararía lugar para nosotros en la casa del Padre, en donde habitaremos juntamente con Él. Y en San Lucas 23:42-43, que al estar crucificado Jesús junto con un hombre de cada lado, uno de ellos; reconoció la Deidad de Jesús y le pidió que lo recordara cuando viniera en su reino. Jesús respondió brevemente “Hoy estarás CONMIGO en el paraíso”. ¡Qué hermosas palabras! No nada más le dijo que se acordaría, sino que estaría JUNTAMENTE con Él. Y sabiendo que Jesús ascendió al cielo, entendemos que le hablaba de ese lugar maravilloso en donde pasaría la eternidad.
Ahora, tienes la oportunidad de elegir cuál es el lugar en el que deseas permanecer eternamente.
Pero, ¿sabes qué es lo mejor? ¡No todas son malas noticias!
La razón anterior, nos enseña que hay una eternidad después de la muerte física que hemos de enfrentar. Ya que has leído que todos hemos pecado, y todos merecíamos morir y pasar nuestra eternidad lejos de Dios (en el infierno), quiero decirte que no todo se queda ahí. ¡Hay una esperanza para nosotros!
El Padre ha amado tanto al mundo que entregó a su único hijo, para que Él fuera nuestro sustituto. (Sn. Juan 3:16) ¡Nosotros debíamos haber estado en esa cruz y morir por nuestros pecados! Sin embargo, Él se hizo hombre, despojándose de todo lo que tenía (Filipenses 2:6-8) y tomó nuestro lugar (Romanos 5:8) y no sólo eso, sino que por medio de su sangre derramada en la Cruz somos reconciliados- con el Padre (Efesios 2:13 y 16) y tenemos vida eterna (“para que todo aquél que en ÉL (en Jesús) cree, no se pierda más tenga vida eterna”)
Y la salvación que viene por medio de Jesucristo, nos la da a nosotros si es que nos arrepentimos de corazón y le damos la espalda al pecado, entregándole nuestra vida a Cristo; y haciendo la voluntad del Padre (Sn. Mateo 7:21).
Esta es la noticia, Jesús se entregó a si mismo por ti y por mí, para darnos salvación sin excluir a nadie; la diferencia es que tu tienes la decisión de creer y cambiar tu forma de vivir a una vida que le agrada a Dios, vivir plenamente en Él y pasar tu eternidad en su casa.
Dios te ama, y se preocupa de que vivas conforme a su corazón y en su presencia todos los días que tengas en la Tierra y aún después de que mueras, pero esa es tu decisión.
Elaborado por Keren Álvarez