Has amado la justicia, y aborrecido la maldad;
Por lo cual te ungió Dios, el dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
HEBREOS 1:9
Durante toda la vida terrenal de nuestro precioso Salvador, Jesucristo, encontramos la mirra de la humildad y mansedumbre corriendo por así decirlo, de Su cabeza hasta el borde de Sus vestiduras:
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
MATEO 11:29
Que Jesús nos ayude a tener pasión y deseos divinos de conocer y aprender a tener Su mansedumbre y humildad.
Que Dios bendiga su día.